Esta posada, rebosante de carácter rural, se ha convertido en un reducto de paz en plena naturaleza, donde es muy fácil relajarse y olvidarse del mundo del ruido. Fiel al estilo Slow-Life, aquí la tranquilidad es la gran protagonista. Sin teléfono en las habitaciones y sin TV en la posada, nada perturba un largo paseo por los alrededores o una tranquila tarde de lectura junto a la estufa. No hay que perderse el desayuno, es como aquellos de antaño y vale la pena disfrutarlo sin prisa. Estos son basados en recetas tradicionales de la región..
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